lunes, 29 de julio de 2013

Debilidades



Debilidades...


He estado de vacaciones por Estados Unidos, y en un restaurante mientras esperaba que nos atendieran, me fijé en que justo dos mesas mas allá, estaba sentada una mujer de cara bonachona, con unos cuantos kilos de mas y de piel negra. Inevitablemente me recordó a la nani de la película "Lo que el viento se llevó", aquella que decía "Señorita Escarlata".

La observaba sin que ella se diera cuenta, y su mirada me transmitía.... comprensión, afecto, cariño. La imaginaba dándome un abrazo enorme, rodeándome con toda su humanidad, calmándome, sosegándome. En estas estaba cuando apareció el camarero y le dejó sobre la mesa un helado inmenso, servido en una copa muy grande de la cual rebosaban 3 bolas de diferentes colores sobre una base aparentemente de chocolate. Sus ojos se iluminaron y el reflejo de su sonrisa no cabía en el restaurante.

Hago referencia a esta mujer por que encaja en la imagen (estereotipada) que tengo sobre personas comprensivas, personas que son capaces de entender las debilidades humanas, las grandes y las pequeñas.



La imagino reconfortándome, entendiéndome, tranquilizándome, mientras llorando le cuento una debilidad, un tropiezo, una falta que uno considera imperdonable. En muchas ocasiones  somos nosotros mismos nuestros peores jueces, no nos pasamos ni una. En ocasiones la debilidad puede tener que ver con la comida, las compras, el juego, la bebida, las relaciones amorosas, etc.
Nos autoimponemos no tener debilidades, mentalmente nos obligamos a no caer en ellas, pero puede ocurrir que la voluntad falle, y eso nos fulmina, incluso uno puede llegar a despreciarse por ello.

Y si me pasara en alguna ocasión....me gustaría poder contárselo a una persona como la señora del restaurante, que me comprendiese, que me diga que es humano tener debilidades, e incluso caer en ellas en alguna ocasión, que no eres mala persona por eso, que valen mas las 99 bien, que 1 mal. Y me gustaría que me abrazase durante un rato y después...después me invitase a un helado.

Yo no tengo debilidades, porque si las tuviera estaría viviendo....Malamente.

miércoles, 3 de julio de 2013

La Diva



Ayer cené con una amiga, "La Diva"

La Diva, es una mujer de 1,75 mts de estatura, rubia, ojos verdes y una sonrisa muy bonita. Además siempre es muy elegante vistiendo. De hecho cada vez que voy a comer o a cenar con ella, si hay hombres en el restaurante, se le quedan mirando un buen rato. Y después, me miran a mi, con envidia.

Nos conocimos en un ambiente laboral, y en seguida conectamos. Supongo que yo le caí simpático y ella a mi me pareció una persona risueña y que transmitía muy buenas vibraciones.

En los últimos años hemos ido sabiendo uno del otro con comidas/cenas de manera habitual cada 3 meses aproximadamente.

También durante este tiempo me han llegado algunos comentarios de compañer@s de trabajo en el que se dirigían a ella como "La Diva". Tal vez porque transmite una imagen estereotipada, o por envidia, en el caso de ellas, o tal vez por parecer inaccesible para ellos.

El caso es que ayer cuando llegó al restaurante, guapísima, como siempre se pidió un Vermouth. Y me recordó algunas de las imágenes de los anuncios de Martini.


A lo que iba, pedimos unos entrantes y estuvimos hablando de todo en general, y en un momento dado  terminamos hablando de los hijos, y me contaba que fue muy duro para ella sacar la carrera con dos niños pequeños. Pero que no le quedaba otra opción si quería separarse. Yo le pregunté desde cuando tuvo claro que quería separarse y me respondió "Desde el día de la boda".

Ante mi cara de sorpresa me comentó que casarse fue una huida de la tiranía ejercida por su padre. Hombre dictador, poco tolerante y machista.

Además ya abordando el segundo plato me comentaba que ella había tenido una infancia muy complicada, porque tuvo un hermano, al que adora, que nació con Síndrome de Down. Me decía que ella salía a la calle con él a jugar y veía como su hermano era dejado de lado por el resto de los niños. Ademas su madre se murió muy joven, con 47 años, y eso la marcó mucho.

Con todo, ya estábamos en los postres y me sorprendía que a pesar de estar contándome cosas profundas y personales muy duras, en ningún momento se derrumbó. En algún momento tal vez un poco seria, pero de manera fugaz, porque enseguida su sonrisa se abría paso.

Así que pasé una cena muy agradable, con una mujer magnífica, con una valentía tremenda, y conociéndola un poco mas.

Y de camino a casa, mientras iba conduciendo y escuchando música, pensaba que injustas somos las personas cuando juzgamos solo por las apariencias.

Yo no lo he hecho nunca porque si lo hubiera hecho estaría juzgando.....Malamente.